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Un guardián que ayudó a encerrar a Jhin, el dios loco, dentro de unas cataratas sagradas, como se representa en la misteriosa ilustración conocida como los pergaminos de Shan Hai. Jhin pasó milenios susurrando historias de poder, libertad y divinidad a Nautilus, hasta que al fin lo liberó. Tras verse corrompido por la ira, ahora por los ríos de Nautilus no corre agua, sino magma.