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Cada año, miles de personas peregrinan a la Gala, con la esperanza de echarle un vistazo al look más reciente de Miss Fortune. Y ella, para nunca alejar a sus devotos, siempre trata a cada uno como si fuera miembro de su familia. Aun así, sus rivales saben que no deben meterse con ella, a menos que quieran sentir su ira.