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Huérfana desde que era muy pequeña, una familia de inventores acogió a Zeri, quienes cultivaron sus ganas por cacharrear. El amor de sus nuevos padres despertó su pasión por ayudar a los demás y, gracias a su gran talento, su familia le pagó la matrícula de la Escuela de la Fe Templada. Como la estudiante repleta de sueños y curiosidad genuina que es, Zeri usará su inmortalidad para ayudar a todo el que pueda.