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Eres como una rosa. Tus pinchos son como espinas cada vez que me rozas.
Como una enredadera, te has colado en mis sueños y aferrado a mi mente sin fin.
Salvaje, como las violetas que crecen más allá del jardín...
La vida es mejor ahora que me salvas del desabrigo.
¿Vendrías al baile conmigo?
Siempre tuya,
Caitlyn