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Pocos pilotos bélicos estaban a la altura de Irelia, cuyos rápidos combates aéreos le otorgaron un lugar entre los mejores soldados de la historia. Tras la guerra, siguió pilotando aviones de combate, sin perder nunca su chispa.
Pocos pilotos bélicos estaban a la altura de Irelia, cuyos rápidos combates aéreos le otorgaron un lugar entre los mejores soldados de la historia. Tras la guerra, siguió pilotando aviones de combate, sin perder nunca su chispa.