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Thresh, Sylas y Camille se reían mientras la Aurora se abría paso en su interior, ¡hasta que las risas se convirtieron en gritos! El poder puro de la Aurora era demasiado para ellos: mató al inventor y a la bailarina, y solo dejó tras de sí a un Thresh impío. Creyendo que era él quien debía ser el nuevo Polaris, alzó su arma, dispuesto a disparar a Senna, cuando de repente... ¡apareció Lucian!