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Malphite, quien se aparece a los mortales como un Íbex Negro Azabache, resultó ser un Dios Antiguo de la montaña asesinado por la Orden del Eclipse y arrojado a las rocas. La muerte no lo reclamó, pero la montaña sí, y ahora se levanta en su forma terrenal y titánica, la tierra misma se retuerce por el odio y se consume por nuevas y terribles ansias.