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Durante los primeros días de la civilización, Vel'Koz eligió a un hombre llamado Kegan Rodhe para entregarle el manto de la primera luz celestial, lo que le otorgó grandes poderes divinos. Pero han pasado miles de años desde entonces y, aunque Rodhe ha desaparecido, su cuerpo sigue vivo gracias a la luz, rebosante únicamente de dolor y rabia.