Anuncio

Gragas, un hombre coloso incluso antes de ponerse su traje de combate ártico con sello hermético, es un misterio para todos salvo los laboratorios de investigación del Alto Mando. Parece ser humano desde toda perspectiva, excepto por la máscara que jamás se quita, y la inquietante y fría mezcla de químicos que dan poder a su enorme figura.